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El Orbitador de Reconocimiento de Marte, hecho por la NASA, despegó de Cabo Cañaveral en el año 2005 con el fin de buscar evidencia que demostrara si el agua que alguna vez hubo en el planeta rojo estuvo en la superficie el tiempo suficiente como para que surgiera la vida.
Para lograr un buen análisis, los instrumentos del satélite son capaces de hacer acercamientos extremos para tomar fotografías del terreno marciano, de acuerdo con el sitio oficial de la NASA.
Pero, además de ofrecer imágenes tan detalladas, el Orbitador también puede analizar minerales, buscar agua en el subsuelo, estimar cuánto polvo y agua se distribuye en la atmósfera, y monitorear diariamente el clima global.
Con estos estudios se podrían identificar depósitos de minerales que pudieron haberse formado en el agua a través de largos periodos de tiempo, lo que podría evidenciar que alguna vez hubo mares y lagos en el planeta rojo.
En su recorrido, el Orbitador de Reconocimiento de Marte ha logrado aumentar diez veces el número de áreas fotografiadas en primer plano. Y es que una de las cámaras de este satélite es la más grande que ha sobrevolado al vecino planeta.
Esto representa un gran avance, pues las cámaras de los orbitadores anteriores no eran capaces de captar objetos que fueran más chicos que un autobús escolar. Sin embargo, este extraordinario aparato puede detectar algo tan pequeño, como del tamaño de una mesa.
Además, con estas fotografías, los chicos de la NASA podrían identificar rocas grandes u otros obstáculos que podrían poner en peligro la seguridad de los módulos de aterrizaje y vehículos de exploración que se lancen a este planeta.
Aquí se observa un cono en el costado de uno de los volcanes gigantes de Marte. Según la NASA, parece que está compuesto por ceniza y piezas de lava expulsadas durante una erupción.
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